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martes, 3 de junio de 2025

Una tarde en "La Perla



Una tarde en La Perla 

 


Fueron casi 75 años para yo bajar a La Perla… Así como temía ir a Colombia, del mismo modo temía ir a esta comunidad.


Es que la fama que crean algunos sitios por uno que otro incidente o por la historia que arrastran,  hacen que uno tema a exponerse a sufrir algún percance. Muchas veces son los medios de comunicación los que influyen en esos pensamientos.


Pues fuimos a Colombia, no una sino dos veces y la experiencia fue maravillosa. Fuimos a áreas turísticas y otras de la gente de a pie.

Con eso en mente y por los cuentos que escuchaba de amigos y familiares, decidí que era ya el momento de conocer La Perla por mí mismo sin importar lo que hubiese leído u oido.


Fue un sábado super caluroso. Me estacioné en el parking de doña Fela y caminé hasta la Parroquia San Francisco en donde me esperaban mi esposa y una amiga mutua quien conocía muy de cerca “la comunidad” y tiene allí buenas amistades.


Subimos por “la barandilla” y llegamos hasta un puente elevado que te da acceso a “la comunidad”.


Desde antes de bajar, nuestra amiga empezaba a gritar el nombre de Migdalia y una doñita salió a contestar el saludo. Buen comienzo…(aunque Migdalia no era Migdalia sino Mildred). Allí retozamos un rato, par de chistes y ningún chisme.


Bajamos por el callejón y llegamos hasta un negocio abierto en donde nos esperaba una bella mujer y su hermana, nacidas y criadas en “La Perla”.

Nos hicieron sentir como en familia entre Medallas, Michelob’s, cuajo y olores. 


_“ Mi hermana cocina los fines de semana y esto se llena de los vecinos que son clientes fijos, amén de todo el que quiera disfrutar de la sazón de mi hermana, que no es por ná, pero hay que decirle usted y tenga.”


De eso tengo que dar fe, ya que me comí el mejor bistec rebozado con arroz y habichuelas colorás que hacía tiempo no me comía. El cuajito a otro nivel y tuve que traerme para mi casa una orden.


Mientras estuvimos allí charloteando en aquella mesa improvisada, pasaron muchos vecinos a buscar su comidita o a saludar a los presentes.




Gente que han vivido toda su vida o gran parte de su vida en esa comunidad. Gente que fueron “glorias” en sus buenos tiempos y han hecho de “La Perla”, su refugio. Como Joe Medina, un grande de la plena.


_ “Yo tuve el mejor maestro… Pellín Rodriguez allá en Villa Palmeras. Me mezclé con los grandes como Cortijo y con Ismael Rivera. Canté al lado de Cheo Feliciano y de Celia Cruz entre otros”.


Joe es una institución en “la Comunidad”, charlatán, alegre y amistoso como pueden ustedes ver y lo pueden ver cantando en cualquier esquina de “la comunidad”


Hay que recordar los inicios de “La Perla”. En los tiempos de España, lo sucio se hacía detrás de “Las Murallas”. Allí estaba el cementerio y el matadero. Poco a poco fueron habilitando varios bohíos.


Al llegar los americanos y al comenzar la construcción de grandes edificios, los trabajadores de la construcción empezaron a construir casuchas por ser un lugar accesible para conseguir trabajo. “La Comunidad” empezó siendo un arrabal del que muchos en San Juan sentían vergüenza. Con la llegada de los populares y el proyecto “Manos a la Obra”, fueron muchos los campesinos que se mudaban del cerro pa’ buscar trabajo en la Capital. La vivienda era escasa y “La Perla” fue la solución de vivienda para esa clase trabajadora. 


Hay que recordar “La Carreta” de René Marquez en donde se ilustra en el segundo acto la vida de “la Comunidad”.



 

Doña Fela, hizo mucho por la Perla, así como muchos otros políticos en busca de votos.


Con los americanos llegaron también los Frailes Capuchinos quienes suplantaron a los frailes españoles Franciscanos en el viejo San Juan. 

A mediados de los 40, llegó un fraile americano y se integró a la Comunidad”. El Padre Bernard se mezclaba con todos allá abajo y logró habilitar una casucha y la convirtió en Iglesia a la que llamó “San Conrado”.

El Padre Bernard estuvo 42 años de su vida allí. Comía y se daba el palo con todos. Les jalaba las orejas a algunos con la Paz y el Amos que lo caracterizaban.


Mi cuñado y compadre Fray Jimmy Casellas estuvo también 12 años dándole amor y consuelo a esa Comunidad.


_ “mira si esa gente de la comunidad son unidos… recuerdo un día en que estaba dando misa y una muchacha con un bebé estaba parada al fondo de la Iglesia. Al terminar la celebración, la gente empezaron a rodear a la muchacha y ella les explicó que el padre del bebé era de allí, y que ella lo estaba buscando porque no tenía a donde ir ni sabia que iba hacer.-“


Fray Jimmy me dijo que no pasaron 45 minutos y la comunidad reconociendo quien era el padre, le buscaron un sitio donde vivir, le llevaron comida y ropa y lo más necesario… !Esa es la gente de la Perla”!


Al terminar la comelata nos llevaron a recorrer parte de “La Perla”. El sitio es precioso y la vista que tiene hacia el mar y los monumentos históricos es envidiable.


Tengo que decir que la experiencia que tuve en mi visita fue como ir a mis raíces a conocer mi identidad.


En estos días, “La Comunidad” se ha hecho famosa y muchos como yo la quieren conocer.


Si yo fuera a comparar la experiencia de visitar “La Comuna 13” en Colombia con la visita a “La Perla”, tengo que adelantarte que en Colombia se ha hecho un destino turístico de un poblado pobre y con historia y tu vas a un comercio que vale mucho hoy en día por la valentía de los que sobrevivieron la salvaje historia de aquella Comuna.


No busques en “La Perla” lo que ofrecen los destinos turísticos de otros países.


La Perla es para vivirla y admirarla. Dicen que tienen reglas que tienes que seguirlas. Eso no es así… Es sentido común lo que tu le permites a quienes visitan tu casa. La Perla es la casa de muchos compatriotas que quieren hacer de ese lugar un ejemplo a seguir. Gracias por recibirnos y compartir con nosotros…