domingo, 23 de agosto de 2009

Sazón 436 = 100 X 35

En la Florida Central somos miles los puertorriqueños pero desgraciadamente muy pocos, pero que muy pocos los restaurantes con la sazón de Puerto Rico. Hay muchos restaurantes y establecimientos que venden comida latina, pero comida latina, ni comida caribeña, es sinónimo de comida puertorriqueña.
Hay restaurantes cubanos, dominicanos, colombianos y un fracatán de restaurantes mejicanos. Muchos de ellos tienen platos para el gusto puertorriqueño, pero no tienen ese toque mágico que es la sazón de la isla. No me vaya a malinterpretar, a mí personalmente me encanta la comida dominicana, cubana y colombiana, pero aún el mejor cocinero puertorriqueño no podrá jamas igualar el mangú dominicano o el picadillo cubano. Nuestra comida es muy parecida pero abismalmente diferente.
Fue un domingo el cual mi esposa me invitó a darme un festín a lo boricua y me llevó a este sitio del que ella había oido hablar y yo ya había leido. Su nombre "Sazón 436" combina la carretera en donde está localizado (Semoran Boulevard o 436) con el término Sazón que significa "gusto" para los puertorriqueños.
Como aconseja su sitio en la Internet, llamamos e hicimos reservación para las siete de la noche. Al llegar faltando cinco minutos para las siete, se nos preguntó si teniamos reservación. Al decirles la hora, nos identificaron por nuestro apellido y para sorpresa nuestra la mesa estaba lista .
El restaurante es pequeño. Diría que mal tasados caben unos treinta o treinta y cinco hambrientos. Muy limpio y con un ambiente de primera. La música de fondo, aunque muy tenue es puramente popular borincana. La pared principal colgaba obras de arte de un artista puertorriqueño las cuales estaban a la venta. Si me preguntan, yo pondría un rotulito de quien es la obra y una tarjetita con el precio, esto es para uno evitarse el bochorno de preguntar.
Entrando de lleno a lo que fuimos, tuvimos la suerte de tener a Frankie como nuestro mesero. Digo la suerte porque fue Frankie quien aportó el 50 por ciento para que la velada fuera muy buena. Al preguntarnos si era nuestra primera visita al lugar se lució y se "pavonió" narrándonos lo que encontraríamos. Nos hizo sentir bienvenidos y se encargó de abrirnos el apetito. Empezó con la carta de aperitivos y bebidas.
-" Aquí hay maví, jugo de limón y tienen que probar la sangría... la hay de vino tinto, de champán y de parcha"... a mi mujer se le abrieron los ojos cuando mencionó la parcha.
-"De aperitivos hay Mini Alcapurrias, Mini Papa Rellenas, Mini Empanadillas, Sorullitos De Maíz, Bacalaitos, Yuca frita y Carne Frita". Al decirle alcapurrias a mi mujer, se ganó el cielo. -"Las alcapurrias que tenemos son de jueyes-" Mejor todavía dijo mi mujer.
Aquí comenzamos una amigable discusión: "En mi pueblo de Ponce no se dice papa rellena, se dice relleno de papa", dije yo. Frankie me miró y me dijo: " Pues eso es un error, el relleno no se rellena de papa, sino que la papa es la que se rellena de carne... y yo soy de Ponce tambien". A los que estaban en la mesa de al lado no les quedó mas remedio que reirse y como se podrán imaginar se armó el gallinero porque dos ponceños se encontraron en Orlando.
Como las mesas están tan pegadas, nuestros vecinos, ya no tan hambrientos como nosotros, aprovecharon para montar conversación y hablamos un poco del sitio y de su comida. A los pocos minutos llegó Frankie con nuestras bebidas y las papas rellenas y alcapurrias que habíamos ordenado. Tambien nos trajo el menú con los platos principales.
"Ahora sí, que se van a reir", nos adelantó... Y comenzamos a leer... Camarones Morivivi a la ’Pucho’, Bistec Calle Comerio , Platano Loco, Héctor y Willie, El Gran Combo, Lucecita y Chucho, Cafe Puya... Claro que nos reimos con los nombres sugestivos. Lo que me llamó la atención fueron dos cosas: una que los nombres estaban dirigidos para los puertorriqueños que sabíamos de lo que estaban hablando pero lo segundo fue que la descripción del plato era en inglés. ¿En qué quedamos, es para atraer a los boricuas o es para atraer a los anglos?
Sin que se me quedara le pregunté bromeando a Frankie, -"¿no tienen en el menú marifinga?, ni guanimos, ni domplines?"- Y volvieron las risas de la mesa vecina. Otro tema de conversación sobre nuestra cocina de barrio.
Tanto mi esposa como yo quisimos probar los mofongos. El de mi esposa de yuca con pollo. Yo por mi parte me decidí por el Hector y Willie, un pedazo de churrasco con camarones al ajillo y en sustitución de los tostones, mofongo.
No tardó mucho en que los platos llegaran. Una presentación digna, apetitosa a la vista. De su Sazón debo decir que los mofongos estaban bien de sabor y testura, hizo falta que me trajeran o por lo menos me ofrecieran el caldito que debe acompañar cualquier mofongo. Los camarones, en su punto, pero el ajo debe ser natural, no de los que vienen en frasco. El pedazo de churrasco, (que no es un corte puertorriqueño, pero sí parte de nuestra dieta), muy cocido para mi gusto, aun cuando lo pedí "medium". Los pedazos de pollo que acompañaban el mofongo de yuca de mi doña, ambos coincidimos que estaban sobre la sal.
Pero todo se arregló cuando Frankie nos trajo el "flancocho"... ¡increible!
Fue nuestra primera visita, ya lo dije, Frankie hizo lo suyo... Lo que buscábamos lo encontramos al conocerlo. Nos transportamos en tiempo y espacio a la isla, a nuestras 100 millas de largo por 35 de ancho.
Quisimos hacer reservación para el día de los padres, pero nos dijeron que no lo podían hacer por ser día de fiesta. Anyway, lo intentaremos para probar "El Jibarito" - Traditional dish with rice and pigeon peas accompanied by roast pork, pastel, and boiled green bananas.
Volveremos a escribir sobre nuestra experiencia.

Para más relatos, más fotos y videos visita : http://www.Hispanoplaces.com ( El Portal Hispano hecho en Orlando, Florida para los latinos del mundo)

Martes, 20 de Mayo de 2008

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