Más de una vez le dije a mis hijos y le digo a mis nietos que ellos no hubieran podido vivir en mi época. Me duele no poder usar ahora lo que usaron mis viejos conmigo, pero esto cambió, por no decir, se medio jodió...
Aquí van unas cuantas de lo que me acuerdo...
- Existían las chaperonas o chaperones - no podías salir solo con la novia, siempre te encajaban una hermanita o tía, o peor aun la madre, para que no estuvieran solos
- Había que poner unas fichas dentro de los litros de la leche, para que el lechero te dejara la leche. Era una forma también elegante para decirte, que era tarde y se te acababa la visita a la novia.
- Había que pedir la entrada para visitar a la novia
- Había que pedir la mano para uno poderse casar.
- Las dos familias de los novios se tenían que conocer antes del compromiso.
- Uno tenía que contar la vida y milagros de tu familia por si acaso...
- Se pintaba la casa antes de las navidades.
- La ropa se heredaba de los hermanos mayores.
- Los chiquitos estábamos chavaos ya que había que respetar a todo el mundo, incluyendo a los hermanos mayores, los cuales eran los más abusadores.
- Había que pedir la bendición cada vez que ibas a salir, o antes de dormir. A todos los tíos, abuelos y padrinos, no hacerlo era una falta de respeto.
- Uno no podía hablar cuando los mayores hablaban. Si lo hacías venía el " cállese muchacho, no meta la cuchara, usted habla cuando las gallinas meen".
- Los maestros siempre tenían la razón. Si llamaban a tus padres, empezabas a rezar.
- No te daban llave de la casa hasta que tuvieras por lo menos 18 años.
- Si llegabas después de las doce de la noche te estaban esperando.
- Ni se te atreviera fumar delante de tus viejos antes de los 18 años y mucho menos tomarte ningún tipo de licor.
- Había que comer en la mesa y todo el mundo a la misma hora. Si llegabas tarde, te quedabas sin comer. Si no te gustaba lo que habían cocinado, también te chavaste.
- Todo el mundo en la familia tenía algo que hacer. Generalmente los sábados se limpiaba la casa de arriba a abajo, se pegaba manguera, se limpiaban las telarañas, se brillaba el linoleo...
- De no hacer lo que se suponiera que hicieras, no se podía salir a jugar afuera. Estabas enchochao, hasta que terminaras si te perdonaban.
- Tus amigos no podían entrar a los cuartos y tu no podías entrar a los cuartos cuando visitaras a tus amigos.
- Había que pedir permiso para coger algo de la nevera o de la alacena. Yo me tenía que robar las salchichas para la hambruna de por la noche.
- Los refrescos eran para cuando viniera visita.
- Las visitas siempre llegaban con algo. Me encantaba cuando llegaban con una caja de dulces de repostería.
- Uno nunca iba a visitar con las manos vacías.
- Si te invitaban a comer a la casa de alguien, la próxima comida sería en tu casa.
- Las visitas casi nunca se anunciaban y si tú tenías planes, después que no fueran de mayor importancia, a la visita había que recibirla y si era cerca de la hora de la comida, había que cocinar.
- Era de mal gusto comprar algo ya cocinado si te invitaban a traer una aportación para una comida.
- Te caían chinches si tu llevabas algo a una fiesta y te traías lo que no se comieron o bebieron. Eso se quedaba en la casa de los anfitriones.
- Un hombre nunca dejaba pagar a una mujer.
- En una guagua, no importa la edad, un hombre le cedía su asiento a una dama.
- Caminando por la acera, las mujeres caminaban adentro y el hombre afuera . Se decía que al no hacerlo uno estaba vendiendo a la mujer.
- El hombre siempre abría la puerta para que las mujeres entraran primero.
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